lunes, 15 de diciembre de 2008

Carcajadas en consonancia es lo que se debe escuchar en todas partes del mundo al ver el video en el que el presidente de Estados Unidos, George W. Busch, es ataca a “zapatazos” por un periodista que no pudo apagar la llama de su furia en contra del mandatario.


“Eso es una falta de respeto” me comentó mi padre, a lo que yo inmediatamente le refuté argumentando que eso no supera el irrespeto que ha tenido Busch hacia los iraquíes y a los mismos estadounidenses ya que este no sabe gobernar ni el patio de su casa.


Según el New York Times, “pegar a alguien con su zapato es un insulto muy grave en Irak. Significa que la persona es más baja que la tierra que tiene en la suela de su zapato".
La verdad es que, no es que vaya de acuerdo con la agresión física, pero entiendo perfectamente la furia que tenía aquel periodista y aplaudo su valentía.


Estados Unidos que tanto habla de ¨libertad¨, que tome ahí Busch, que en base a eso Al-Zaidi se tomó la ¨libertad¨ de acariciar al presidente como se lo merece… con sus zapatos.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Internet y Periodismo

Quieres tener hijos delincuentes?

El juez de menores de Granada, España, Emilio Calatayud, ha publicado un libro: “Reflexiones de un juez de menores”, en el que inserta un “Decálogo para formar un delincuente”. Es muy interesante y dice así:

1.- Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2.- No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

3.- Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.

4.-No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5.- Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6.- Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.

7.- Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizás por su propia conducta, quede destrozada para siempre.

8.- Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

9.- Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

10.- Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Grease

MR



DIFERENCIA ENTRE OIR Y ESCUCHAR




“Te lo dije”, es una de las frases más comunes en nuestro día a día, sin darnos cuenta vivimos en un mundo de confusiones que creemos no se puede resolver, más la solución está más cerca de lo que creemos; está en nuestro sentido auditivo.

Esta solución no está en el simple hecho de oír, sino en algo más profundo que eso, está en escuchar. ¿Pero cuál es la diferencia entre oír y escuchar? Escuchar se refiere al hecho de recibir, atender y asignar significado al estímulo auditivo y visual; oír es cuando nos quedamos con un simple recibimiento de la información.

En el proceso comunicativo existe un enunciador que envía una información a través de un canal y que llega a un enunciatario para producir algún efecto; este se verá reflejado en una retroalimentación que volverá al punto de partida: al emisor o enunciador.

Si esta última parte del proceso no se cumple, entonces no ha existido una comunicación, sin embargo existen ocasiones en que puede haber una retroalimentación o una respuesta por parte del receptor, pero si esta no es la adecuada entonces el proceso comunicativo no habrá sido eficaz.

Lo explicado anteriormente lo debemos tener muy en cuenta, puesto que si en una conversación no prestamos la debida atención entonces nuestra respuesta no será del todo satisfactoria. Y es de ahí de donde deriva la importancia de escuchar a las personas que estén a nuestro alrededor, de este proceso natural depende el curso de nuestra vida y de las relaciones que tenemos con los demás.

Concluyo afirmando que escuchar es la vía a través de la cual podemos resolver un sin número de situaciones que se nos presentan en la vida, de esta forma se evitará repetir tanto frases como: “lo siento, no entendí bien” o “lo siento, me confundí”.

Sumergida

Sumergida

Uno, dos, tres… diez pasos había dado en la sala de exposición cuando de repente sentí desaparecer de ella. Estaba frente a un espejo que me reflejaba con un elegante vestido y un peinado despampanante. Era como un sueño, como si un hada madrina me hubiese apuntado con su barita, pero a esta se le olvidó algo, miré hacia el suelo y mis pies estaban desnudos.
Entonces volteé la mirada y vi que otras personas se encontraban en aquel gran salón: caballeros vestidos de gala y damas con vestidos refinados, pero todos estaban descalzos. Pensé que tenían que estar locos como para vestirse con semejante delicadeza y olvidar sus zapatos, no entendí el porqué de esta locura.


Sentí una mano, una mano que encajaba en mi cintura, otra que bajaba lentamente desde mi hombro rozándome la piel, hasta encontrarse con su semejante. ¿Quién eres?, preguntó mi mente, ¨allá voy¨ dijo mi cuerpo agitándose contra el suyo, nos encontrábamos con una cercanía peligrosa y me seguí preguntando, ¿por qué descalzos?

Mi pensamiento era un total desorden, no lograba organizar mis ideas ni captar lo que allí estaba sucediendo, era como si mi intelecto y mi cuerpo estuvieran separados. En ese momento una melodía y una voz se apoderaron del salón: Acaricia mi ensueño, el suave murmullo de tu suspirar… como ríe la vida si tus ojos negros me quieren mirar y si es mío el amparo de tu risa leve, que es como un cantar. Ella aquieta mi herida, todo se olvida. El día que me quieras, la rosa que engalana, se vestirá de fiesta con su mejor color y al viento las campanas dirán que ya eres mía, y locas las fontanas se contarán su amor…

Por mis venas penetraba el retumbar de unas ondas musicales que me inyectaban una energía que hacía que mi cuerpo se moviera al compás de su zarandeo, tan tararán, tantarán, tan tararan tararán, me dejé llevar.

Mis pies se movían con la torpeza de una bailadora de otros ritmos, pero con espíritu de un buen aprendiz. Mi cuerpo estaba sostenido con firmeza por unas robustas y delicadas manos que guiaban mi andar; y mis manos acariciaban la suavidad de una seda que cubría a un delirante ser. Me sumergí en aquel tango desnudo… pero, ¡ZAZ! ¡Desnudos!, recordé que así estaban mis pies, entonces volvió a mi la interrogante que no dejaba de rondar mi cabeza, ¿por qué la desnudez de todos aquellos pasos?


¨¡Amiga, amiga, avanza, no podemos separarnos del grupo!¨, entonces mi alma volvió a mi cuerpo que todavía se encontraba parado en el salón de exposiciones y vi frente a mi ojos Naked Tango, de Guillermo Kuitca, y fue cuando entendí que la desnudez de mis pies fue lo que me permitió recorrer las huellas de un tango que una vez se bailó con tanta pasión como para quedar perpetuado en aquella pintura, y que hoy se quedó en mí como una marca indeleble.


MR

La vida en el parque Duarte

Hey! va a limpiar?

Esta es la frase que da la bienvenida al parque Duarte, alojamiento de decenas de santiaguenses que desarrollan su vida entre árboles, brisa fresca y personas nuevas que cada día se agregan a la larga lista de sus conocidos.

Julio, es uno de los jóvenes que se alcanza a ver en primera instancia, este se pasea por el lugar cargando con la responsabilidad de llevar a su casa la comida que alimentará a sus cuatro hermanos (imagen cajita limpia botas), quienes esperan ansiosos porque su hermano mayor haya lustrado los suficientes zapatos como para sobrevivir.

Pasados treinta minutos después de las ocho de mañana, Julio ya tiene cincuenta pesos para espantarse el hambre, sin embargo a su amigo Ángel nadie le ha comprado un disco compacto por lo que este se entretiene observando el quehacer de los visitantes del parque.

Mientras pasan los minutos logramos descubrir el porqué las personas dedican parte de su tiempo a estar en el lugar, y es que este les sirve como regocijo del alma, pues ahí permanecen para estar acompañados pero a la vez solos con ellos mismos, así como para desde un papel o una mirada encontrarse con la realidad de los demás.

Transcurridos cuarenta cinco minutos, la tranquilidad que existe entre los árboles no se espanta ni siquiera por el escándalo de los vehículos que constantemente suenan la corneta, tampoco se mutan los trabajadores informales que se desempeñan en el lugar, pues estos continúan ofertando con gran parsimonia desde escobas, suapers, helados, golosinas, lustro de zapatos, música hasta servicio de detectives privados.

Definitivamente no se necesita más de una hora para percibir que en el parque Duarte conviven diariamente vidas que a pesar de sus diferencias coinciden en que todas están unidas por la misma realidad.


Milagros Rodríguez